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BIOCOMERCIO, RETOS REGULATORIOS Y TIEMPO

Segunda y última parte

Abril de 2019

2. CONTEXTO

Dentro de la paleta de los colorantes naturales el azul ha sido el “Santo Grial” de la industria: una búsqueda aun vigente en la cual grandes empresas de orden global luchan por su obtención. Abundante en el color del cielo o el mar, es escaso sin embargo dentro de la oferta natural: podemos fácilmente identificar una fuente de rojo, amarillo o violeta pero al momento de buscar una de azul, las alternativas escasean.

 

Ubicuo dentro de todas las formulaciones de color, bien como fuente de color principal o como elemento necesario para la obtención de determino tono o matiz, el azul químico, comúnmente llamado azul No. 1 o azul brillante (ingrediente de síntesis producido desde materias primas provenientes del carbón), ha sido objeto de criticas y preocupaciones por parte de los consumidores inculpado de efectos nocivos sobre la salud. Aun así, y a falta de opciones, es un colorante común dentro de la industria siendo a su vez el que más recelo produce entre los consumidores, de hecho, algunas empresas han desistido de su uso lo cual ha obligado a sacar del mercado conocidas presentaciones de cereales y chocolates.

3. EL LABERINTO DE LAS AUTORIZACIONES Y LOS PERMISOS

El azul de jagua proviene de la fruta inmadura de un árbol nativo (Genipa americana) de América tropical que se encuentra disperso en diversos tipos territorios, hallándosele en medio de potreros o rastrojos. Desde los resguardos de las comunidades indígenas, pasando por los territorios colectivos de las comunidades afrocolombianas hasta los predios ganaderos, el acceso al árbol y sus frutos viene dado por los permisos de aprovechamiento que otorgan las autoridades ambientales y el consentimiento de los propietarios, que en el caso de los grupos étnicos adquieren formalidades relevantes bajo la forma de la consulta previa. De esta manera el aprovechamiento de la fruta requiere de dos procesos diferentes, el técnico exigido por la formulación del Plan de Manejo y el político definido por la realización de la consulta previa en el caso de los territorios colectivos: dos procesos que nos han exigido el desarrollo de capacidades diferenciadas, la gestión institucional y la negociación política. En ambos casos se requirió la construcción de nuevos lenguajes y enfoques dada la tradición eminentemente forestal de los tramites de los permisos de aprovechamiento por las corporaciones y la motivación y los intereses de los proyectos extractivistas minero-energéticos en la generalidad de los procesos de consulta previa. En ambos casos la lógica y la regulación del extractivismo “duro” del oro o los hidrocarburos debía de dar paso al aprovechamiento sostenible de un producto no maderable de los bosques y territorios tropicales, de evidentemente menos impactos ambientales, y la necesidad de otros marcos de referencia para la formulación de las medidas de mitigación y/o compensación.

 

Una vez llega la fruta a la planta de producción del colorante, el ámbito regulatorio cambia, y del recurso biológico de la fruta pasamos a las intimidades de su contenido bioquímico y las complejidades de su transformación en colorante en polvo. De un lado la mezcla de sus metabolitos y demás ingredientes celulares son, por legislación, propiedad del Estado que exige la suscripción de un permiso de acceso a recurso genético y producto derivado, de otro, la naturaleza de los procesos agroindustriales exige la obtención de permisos sanitarios y de operación fabril. En lo primero aparece el Ministerio de Ambiente delegado formal en el tramite de los permisos de acceso y en lo segundo entidades tales como el INVIMA, las Secretarías de Salud y las mismas autoridades ambientales entre otras.

 

Los niveles de inversión requeridos aumentan en esta etapa de la mano de los desarrollos en infraestructura y capacidades industriales, y por ende los niveles de agregación de valor económico dentro de la cadena de valor.

 

Merece especial mención la absoluta novedad que fue para el país el tramite de acceso a recurso genético. Si bien somos un país rico en biodiversidad, en nuestro caso no existía un marco normativo claro para su aprovechamiento. Desde la Decisión Andina 391 de 1996 no avanzábamos firmemente en dicha regulación y fue el proyecto de producción de colorantes a partir de la fruta de la jagua quien sirvió de ejercicio piloto. A la fecha los caminos están mas claros para la institucionalidad involucrada y para los empresarios que inician sus proyectos de aprovechamiento de la biodiversidad. Actualmente un proceso que tardo en Ecoflora mas de 5 años se logra en menos de una quinta parte.

 

Lo anterior sin duda alguna ha sido lento y extenso, pero no se compara sin embargo con el conjunto de pruebas y estudios que se exigirían para la aprobación de la utilización del colorante por la industria de los alimentos por parte de las entidades regulatorias de nivel nacional que velan por la salud y la seguridad alimentaria general de los consumidores, que en el caso colombiano corresponde al INVIMA y en USA a la Food and Drug Administration (FDA). El INVIMA otorgó la autorización en el año 2015 para el mercado colombiano. En el caso de la FDA los protocolos han sido otros, ya que el colorante azul, al ser una molécula nueva y un ingrediente sin antecedentes, requería una serie larga de estudios en los cuales a) se clarificase su naturaleza química, b) se describiese su proceso de producción, c) se clarificase cuáles subproductos se pueden generar en su proceso de fabricación y utilización, d) cómo es el impacto dietario de su utilización, e) su estabilidad en las diferentes aplicaciones alimenticias, y, por ultimo f) se aclararan sus potenciales efectos tóxicos y biológicos sobre en la salud de los consumidores. Un proceso que ha tomado más de una década cumplir y que de hecho aun se encuentra en sus últimas etapas. Algunas de dichas etapas se han llevado a cabo en Colombia con recursos técnicos y científicos locales, otras sin embargo han exigido su contratación en países como Estados Unidos o Alemania.

 

En paralelo a todo lo anterior el ingrediente hace también su paso de análisis y aprobación dentro del CODEX ALIMENTARIUS en específico por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios – JEFCA, con sede en China.  El Codex es una iniciativa de múltiples países (171) bajo la coordinación de la FAO y la OMS, cuya aprobación ampliará la geografía de países donde podrá ser utilizado. En este caso es muy significativo que la propuesta haya sido presentada y gestionada por el INVIMA, en compañía de Ecoflora, ya que son los gobiernos los únicos facultados para impulsar, ante los comités de trabajo, un nuevo ingrediente (aditivo) para la industria alimentaria. De esta manera el azul de jagua emerge ahora como un “proyecto país”: se trata de la primera vez que Colombia presenta ante el Codex una iniciativa de esta naturaleza, la primera vez que nuestra presencia en las mesas de trabajo trasciende el pasivo papel de examinar lo que otros gobiernos promueven.

 

4. CONCLUSIÓN

 

A estas alturas del proyecto del colorante azul de jagua los costos asociados y el tiempo requerido han superado todas las previsiones. Cuando la idea original se gestó, alrededor del año 2008, la visión de los diferentes aspectos del proceso era bastante vaga y se tenia de hecho una confianza ingenua en que el uso del colorante azul por la industria sería alcanzable en el corto plazo. Esta concepción se fue desmoronando con el paso de los años. Como se puede ver a lo largo del presente texto el desarrollo del colorante como una realidad económica en el mercado conlleva la gestión de múltiples permisos y actividades a múltiples niveles (local, regional, nacional e internacional), pero sin duda alguna la obtención de las autorizaciones finales de mercado ha sido quizá la mas ardua, extensa y costosa de todas las tareas, una que confiamos se culmine en el año 2020, constituyéndose en un hito para el país y una inmensa satisfacción para Ecoflora que ha perseverado en el proyecto aun cuando hubo momentos de gran desconcierto, frustración y agonía.

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