top of page
Fondo blanco

RETOS Y BARRERAS EN EL BIOCOMERCIO: EL DESARROLLO DEL COLORANTE AZUL DE JAGUA (Genipa americana)

Análisis de caso

Primera Parte

Fondo blanco
Noviembre de 2016

1.  ANTECEDENTES

Ecoflora (y más específicamente Nicolás Cock Duque) aparece en mi vida alrededor del año 2006. Rápidamente identificamos intereses comunes en el Chocó y en la biodiversidad de sus bosques, en una conversación casual, bajo el amparo de la Fundación Amigos del Chocó.

Él se encontraba intentando desarrollar la producción de un colorante azul a partir de la fruta del árbol de jagua (Genipa americana) y por mi parte desarrollando opciones de aprovechamiento del bosque para las comunidades del Medio Atrato. Desde el punto de vista socioempresarial, él era el emprendedor al frente de la compañía Ecoflora y yo era el emprendedor social al frente de la Fundación Espavé.

Éramos dos caras de una misma moneda: él se esforzaba por desarrollar productos innovadores para el mercado a partir de la rica biodiversidad colombiana y yo por encontrar opciones novedosas de generación de ingresos para las comunidades pobres habitantes de bosque tropicales ricos en biodiversidad. La empatía y la amistad surgieron rápidamente.

Iniciamos coordinando el suministro de muestras de fruta de jagua desde la región del Medio Atrato. A medida que el proceso escalaba a niveles industriales la proveeduría fue creciendo al igual que las expectativas en el proceso. En esos días lejanos la Fundación Espavé era la proveedora formal de la fruta que en fletes aéreos era despachada hacia la planta de Ecoflora ubicada en el municipio de La Ceja.

Ecoflora se esforzaba por desarrollar un proceso de producción industrial confiable y Espavé por hacer lo suyo en la proveeduría de la fruta desde los caños remotos del Medio Atrato.

Cada uno de nosotros por su lado fuimos identificando las exigencias que de tipo legal, económico y social enfrentaba la iniciativa en los ámbitos local, nacional e internacional y los retos técnicos que la proveeduría de la fruta y la producción del colorante iban mostrándonos a medida que la iniciativa tomaba cuerpo.

Los progresos en las diferentes etapas del proceso fueron lentos, en paralelo y desiguales alcanzando niveles de maduración sin simultaneidad lo cual produce desajustes inevitables en el conjunto de la iniciativa y se convierte en una fuente de conflicto y frustración. Por ejemplo, la capacidad de proveer estuvo lista antes de que el colorante fuese una realidad comercial en el mercado.

Así mismo las dificultades y los costos requeridos para el desarrollo de los procesos de proveeduría y los de la producción del colorante son muy desiguales al igual que la complejidad técnica. Trabajar en los bosques de un lado y lograr la calidad y estabilidad del colorante de otro exige conocimientos y experiencias disímiles, haciendo que la inteligibilidad de uno por otro sea poca y las distancias entre ambos mundos amplia tanto en lo geográfico como en lo conceptual.

Recientemente a los esfuerzos en el desarrollo de la proveeduría y la producción del colorante (en gran medida superados) se han sumado las dificultades para el despegue comercial, es decir las resistencias y retos de su adopción por la industria de alimentos. La iniciativa se encuentra aun sin cerrar el ciclo completo que desde la proveeduría de la fruta va al proceso industrial y la venta del colorante para volver sobre la recompra de la materia prima. En este contexto tan prolongado y complejo creo necesario recapitular sobre lo que han sido sus logros, dificultades y retos, como un pizarrón sobre la cual es posible extraer lecciones para iniciativas futuras.

 

Mi posición es privilegiada ya que durante este tiempo he presenciado el ir y venir de personas, instituciones y expectativas a la vez que ha cambiado mi papel desde los tiempos de la Fundación Espavé hasta ahora que me desempeño como Gerente de Cadenas de Suministro en Ecoflora.

Fondo blanco
bottom of page