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RETOS Y BARRERAS EN EL BIOCOMERCIO: EL DESARROLLO DEL COLORANTE AZUL DE JAGUA (Genipa americana)

Análisis de caso

Segunda Parte

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Noviembre de 2016

2.  EL PROCESO VISTO DESDE LAS EXPECTATIVAS Y REALIDADES DE LOS PROVEEDORES DE LA FRUTA

2.1  LAS FAMILIAS DEL BOSQUE TROPICAL

 

Es común encontrarse el árbol de jagua en caños y rastrojos, desprovisto de interés para las comunidades rurales salvo para los indígenas que utilizan su fruto para la pintura corporal. En general pasa inadvertido. Sus nombres vernáculos son bellos entre los pueblos nativos (jagua, sabdur, huito) y rudimentarios entre los campesinos (bolas de caballo); de hecho el español carece de palabras para muchas de las especies nativas de los bosques tropicales.

En este contexto cosechar y comercializar la fruta aparece cuando menos extraño: inesperadamente emerge un nuevo producto a la vida económica de las comunidades habituadas a encontrar en otras especies su fuente de ingresos y subsistencia.

Pese a su abundancia relativa, la geografía y ecología de los árboles es desconocida para todos, ignorados los sitios dónde está, indeterminados sus inventarios y las épocas de floración y fructificación. Por ello, desarrollar la venta de la fruta conlleva la provisión de nuevos significados y valores a los territorios y al patrimonio natural de las comunidades, nuevos conocimientos donde antes había nada. Este esfuerzo de construcción de una significación social y económica para la especie es técnicamente complejo y socialmente progresivo, es un camino sinuoso y extendido.

La Genipa es una especie culturalmente asociada a la actividad recolectora, por lo cual, además del desconocimiento sobre su biología, no conlleva esfuerzos productivos de siembra, manejo y cosecha propios de otras especies que han sufrido procesos de domesticación agrícola.

Una vez se hacen los primeros ejercicios de cosecha de la fruta las familias observan llenas de beneplácito los ejercicios de recolección tal y como el minero recoge la pepita de oro que de improviso encuentra en la orilla del rio, desconocedores del trabajo de las corrientes en el subsuelo que hicieron posible su aparición, en específico el trabajo de Ecoflora. De esta manera la cosecha se les presenta como una oportunidad inesperada, por ello igualmente las familias simplemente esperan una y otra vez la siguiente cosecha.

Han observado sin embargo que pese a lo interesantes que puedan ser, estas son aun irregulares, difíciles de predecir y garantizar sobre todo si tomamos en cuenta de que existe un único comprador. Para ellos no se trata de un producto que puedan, como en otros casos, tomar la decisión de salir a vender a otros compradores alternativos en los mercados a su alcance. El mercado de la fruta de jagua es de naturaleza monopsónica por lo que el riesgo de la inversión en mejorar la productividad del árbol y eventualmente sembrar individuos adicionales es muy alto. Solo algunas pocas familias llevan a cabo ejercicios de siembra de la especie, siendo más común la decisión de cuidar los nuevos individuos que surgen como resultado de la regeneración natural de la especie en los potreros o rastrojos.

Una relación comercial de esta naturaleza entraña riesgos y dificultades para todas las partes. Del lado de las familias nos encontramos con la persistente preocupación por la continuidad de la compra en el corto y mediano plazo y los acuerdos de precio, mientras del lado de Ecoflora la preocupación por mantener en alto el interés de las familias, la escasa atención que se presta a los árboles y los altos costos de la cosecha de los individuos silvestres dentro de una dinámica de compras que aún no alcanza la estabilidad y proyecciones deseadas por todos.

En vista de las tensiones descritas que acarrea el desarrollo del mercado entre los proveedores de la fruta y Ecoflora se han implementado dos estrategias gerenciales y políticas dentro de los proceso de construcción de la proveeduría:

  • Definición del precio: en los mercados competitivos el precio es fijado mediante el juego de la oferta y la demanda. Como esta condición no se cumple en nuestro caso se optó por un cálculo del precio tomando en cuenta los costos reales (incluyendo costos diferidos) que los ejercicios de proveeduría conllevan más un margen operacional justo. En la terminología del biocomercio esta metodología se basa en el principio de un precio justo y equitativo al cual se suscribe Ecoflora. En la práctica se llevan a cabo región por región, proveedor por proveedor ejercicios piloto de cosecha para la obtención de los datos de dicha aritmética y se acuerda que año a año se ajustan por el Índice de Precios al Consumidor.
  • Dinámica de las compras: El mercado de la fruta se mueve en función de las decisiones de compra (pedidos) de Ecoflora y como ya lo dijimos los dueños de los arboles no disponen de la posibilidad de ofertar el recurso a clientes alternativos. Conscientes de ellos la compañía promueve la suscripción de Acuerdos de Suministro con sus contrapartes como herramienta para la generación de confianza en las regiones proveedoras. Esta política general ha tenido una consecuencia relevante para Ecoflora y es que se ha inventariado de cantidades significativas de colorante ya que las ventas finales del producto no han crecido en la misma medida de las compras de materia prima. Un esfuerzo financiero significativo.

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